Han pasado casi 6 años desde que creé este blog. Quedó detenido en el tiempo, también ¡pasaron
tantas cosas!...
Nuevos vientos
de doctrina acariciaron mi alma. Ya no me sentía cómoda en lo que había creído
desde niña. Mi natural curiosidad de escritora me había llevado lejos, en la
investigación de las raíces de las creencias religiosas.
Opté por el judaísmo y estudié todo un año, para tratar de entender su filosofía y compenetrarme en ella. Necesitaba un soporte, un apoyo para mi alma, donde descargar mis angustias, creía que necesitaba una religión que hiciera de freno a mis supuestas transgresiones.
¿Las tenía?...
Eran una sucesión de culpas que constreñían mi espíritu. Que si comí, que si no
comí, que me enojé con alguien, que pensé en mí primero, que me compré algo,
que no ayudé a alguien, etc.
Tardé en comprender que el sentimiento de culpa no redimiría mi alma; es el conocimiento, la introspección, la calidad de amor con que vemos las cosas. Ahí está el secreto, porque nos hace entender cuanto bien o mal podemos causar con nuestras actitudes.
En el estudio profundo de las antiguas Escrituras Bíblicas, sentí renacer un viejo amor que ya tenía desde niña por el Pueblo Judío. Un amor que nació de la lógica, amaba profundamente a Jesús, lo admiraba profundamente y entendí que también debía amar a su Pueblo. No sabría decir porqué, pero en mi ignorancia me chocaba mucho aquello de que los judíos mataron a Jesús. Eso no podía ser cierto, no tenía asidero para mí.
Tardé en comprender que el sentimiento de culpa no redimiría mi alma; es el conocimiento, la introspección, la calidad de amor con que vemos las cosas. Ahí está el secreto, porque nos hace entender cuanto bien o mal podemos causar con nuestras actitudes.
En el estudio profundo de las antiguas Escrituras Bíblicas, sentí renacer un viejo amor que ya tenía desde niña por el Pueblo Judío. Un amor que nació de la lógica, amaba profundamente a Jesús, lo admiraba profundamente y entendí que también debía amar a su Pueblo. No sabría decir porqué, pero en mi ignorancia me chocaba mucho aquello de que los judíos mataron a Jesús. Eso no podía ser cierto, no tenía asidero para mí.
Conforme uno va leyendo las escrituras, profundizándolas, fácil es darse cuenta de que había un complot político entre las autoridades judías del Sanedrín y los Romanos. El Pueblo nada tuvo que ver en esa muerte. Un pueblo que lo amaba, que había sido sanado, liberado de sus demonios; que lo recibió con palmas, que andaba de tras de él….
No, no, no; muchas contradicciones, no es el pueblo judío quien persiguió a Jesús, en verdad lo amaban. Fueron los políticos y un grupo de asalariados quienes pidieron su muerte, ¡Eso está claro, tan evidente, que con un poco de buen criterio se puede ver.
Y terminé peleándome con los curas que me hacían culpable, porque supuestamente yo había prestado oídos a los Evangélicos. Tampoco los Evangélicos querían saber de mí, porque yo discutía la concepción de Jesús, preguntaba de dónde salió el Espíritu Santo y... por qué los mandamientos que nos enseñaron son distintos a los que están escritos en el Pentateuco...
Y terminé peleándome con los curas que me hacían culpable, porque supuestamente yo había prestado oídos a los Evangélicos. Tampoco los Evangélicos querían saber de mí, porque yo discutía la concepción de Jesús, preguntaba de dónde salió el Espíritu Santo y... por qué los mandamientos que nos enseñaron son distintos a los que están escritos en el Pentateuco...
No, yo no podía
ser Cristiana, cuestionaba mucho sus dogmas y sus doctrinas.
Al fin llegó el
día de mi salto oficial al Judaísmo. Ya no era más Alexandra, me convertí en
Déborah. Sin embargo aquí en occidente, continúo usando mis nombres de pila
como se dice, porque nadie quiere asumir mi identidad judía, menos el cambio de
nombre.
Entonces uso los dos para complacer a todo el mundo, a mí primero, soy
Déborah… Y los demás… ¡que me llamen como se les cante!…
¿Quieres conocer más de esta polémica historia?... Déjame tu comentario. ¡Gracias!
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